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viernes, 6 de enero de 2012

Epifanía del Señor - Reyes Magos


“La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra.” (Mt 2, 9-11)


Hoy la Iglesia celebra la Epifanía del Señor, que significa la Manifestación del Señor a toda la humanidad.


En esta fecha recordamos que los Magos de Oriente inauguran el camino de los pueblos hacia Nuestro Señor Jesucristo; Desde tan lejos llegaron a Belén de Judea guiados por una estrella hasta encontrar al Niño Dios junto con su Santísima Madre.


“Siguieron la estrella y si los científicos discuten aún sobre el fenómeno astronómico, los creyentes saben que la gran estrella, la verdadera Super nova que nos guía es Cristo mismo” "Podemos decir que (los Magos) eran hombres de ciencia, pero no solo en el sentido de que querían saber muchas cosas: querían algo más. (...) Eran personas con un corazón inquieto, que no se conformaban con lo que es aparente o habitual. Eran hombres en busca (...) de Dios, vigilantes, capaces de percibir los signos de Dios, su lenguaje callado y perseverante. Pero eran también hombres valientes a la vez que humildes: podemos imaginar las burlas que debieron sufrir por encaminarse hacia el Rey de los Judíos, enfrentándose por ello a grandes dificultades. No consideraban decisivo lo que algunos, incluso personas influyentes e inteligentes, pudieran pensar o decir de ellos. Lo que les importaba era la verdad misma, no la opinión de los hombres. Por eso afrontaron las renuncias y fatigas de un camino largo e inseguro. Su humilde valentía fue la que les permitió postrarse ante un niño de pobre familia y descubrir en Él al Rey prometido, cuya búsqueda y reconocimiento había sido el objetivo de su camino exterior e interior". "Los Magos siguieron la estrella. (...) Los Magos de Oriente (...) así como generalmente los santos, se han convertido ellos mismos poco a poco en constelaciones de Dios, que nos muestran el camino. (...) Los santos son estrellas de Dios, por las que nos dejamos guiar hacia Aquél que anhela nuestro ser."  (S.S. Benedicto XVI-06/01/2012)

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