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viernes, 30 de marzo de 2012

Nuevo rito de las exequias

Vaticano, 30 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- Fue publicada por la Librería Editrice Vaticana, la segunda edición en lengua italiana del “Rito de las exequias”. En éste también se resalta que no se debe esparcir las cenizas de un difunto luego de ser cremado.

En la nueva edición se han revisado, entre otras cosas, todos los textos bíblicos y de oración, por lo cual encontraremos novedades. Una primera novedad se refiere al momento de la visita a la familia, que no se contemplaba en la edición anterior. Mons. Angelo Lameri, de la Oficina Litúrgica nacional de la Conferencia Episcopal Italiana, explicó que “para un sacerdote, es un momento para compartir el dolor, escuchar a los familiares afectados por el luto, y conocer algunos aspectos de la vida de la persona difunta con el fin de ofrecer un recuerdo correcto y personalizado durante la celebración de las exequias”.

Otra novedad es la secuencia ritual, revisada y enriquecida, en el momento de cerrar el ataúd. Se proponen textos adecuados a diversas situaciones: para una persona anciana, para una persona joven, para quien ha muerto inesperadamente... Por lo que se refiere al rito de las exequias, otra adaptación permite pronunciar palabras de cristiano recuerdo del difunto en el momento de la despedida. Asimismo, se ha añadido una amplia propuesta de formularios para la oración de los fieles.

Pero la novedad más significativa la constituye el apéndice dedicado a las exequias en caso de cremación. Mons. Lameri explicó que se ha colocado la cremación en un apéndice aparte para subrayar el hecho de que la Iglesia, “aunque no se opone a la cremación de los cuerpos cuando no se hace 'in odium fidei', sigue considerando que la sepultura del cuerpo de los difuntos es la forma más adecuada para expresar la fe en la resurrección de la carne, así como para favorecer el recuerdo y la oración de sufragio por parte de familiares y amigos”.

Excepcionalmente, los ritos previstos en la capilla del cementerio o ante la tumba se pueden celebrar en el lugar mismo de la cremación. Se recomienda también el acompañamiento del féretro a dicho lugar. De especial importancia es la afirmación de que “la cremación se considera concluída cuando se deposita la urna en el cementerio”. Y ello porque, aunque algunas legislaciones permiten esparcer las cenizas en la naturaleza o conservarlas en lugares diversos del cementerio, “estas prácticas producen no pocas perplejidades sobre su plena coherencia con la fe cristiana, sobre todo cuando remiten a concepciones panteístas o naturalistas”.

El nuevo “Rito de las exequias” quiere ser también un instrumento para profundizar en la búsqueda del sentido de la muerte. El obispo Alceste Catella, presidente de la Comisión Episcopal para la liturgia, señaló para concluir que “este libro atestigua la fe de los creyentes y el valor del respeto y de la 'pietas' hacia los difuntos, el respeto por el cuerpo humano incluso cuando ya no tiene vida. Testimonia la fuerte exigencia de cultivar la memoria, de tener un lugar cierto en el que deponer el cadáver o las cenizas, en la certeza profunda de que ésto es auténtica fe y humanismo auténtico”.

jueves, 29 de marzo de 2012

El Papa Benedicto XVI llegó al Vaticano

Vaticano, 29 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- Después de un vuelo de casi once horas, S. S. Benedicto XVI llegó al Vaticano.

El avión papal procedente de la Habana, partió aproximadamente a las doce y media de la noche, y llegó al aeropuerto de Ciampino a las 10:35. El trayecto de vuelo de regreso fue similar al de ida: Italia-Francia-México, y esta vez, Cuba-Francia e Italia.

Como es costumbre, mientras el avión cruzaba las diferentes fronteras, el Papa envió telegramas; en primer lugar al presidente cubano, Raúl Castro, en donde se lee en el texto, que el Pontífice le renueva su sentida gratitud a él y a las autoridades civiles y los pastores y fieles de Cuba, por la innumerables muestras de afecto que recibió. Además el Papa aseguró a los cubanos un constante recuerdo en la oración, y pidió a Dios que los aliente y sostenga con su fuerza, para que vean cumplidas sus justas aspiraciones y sus más nobles anhelos.

Mientras el avión volaba sobre Francia, el Papa envió otro telegrama al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en donde dirige de nuevo a él y al pueblo francés sus mejores deseos, y que Dios dé a este país y a sus habitantes abundantes bendiciones.

Por último el Santo Padre envió un telegrama al presidente de Italia, Giorgio Napolitano. En el texto se lee: “Al regreso del viaje apostólico en México y Cuba, donde he podido encontrar numerosos fieles y representantes de esas queridas poblaciones, he admirado la fe y el deseo de crecimiento espiritual y social. Expreso al señor presidente mi cordial saludo y aseguro una oración especial por el bienestar, la serenidad, y la prosperidad de la entera población italiana, enviándole mi afectuosa bendición. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

Encuentro del Papa Benedicto XVI con Fidel Castro


La Habana, 28 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- El Papa Benedicto XVI recibió hoy en la Nunciatura Apostólica al ex presidente cubano, Fidel Castro.

“He tomado la decisión de pedir algunos momentos de su tiempo, que sé está lleno de compromisos -había dicho Castro- cuando supe que le habría agradado este modesto y sencillo contacto”.

La reunión se realizó luego que el Pontífice presidiera una Misa en la Plaza de la Revolución de La Habana, a la que asistió el presidente Raúl Castro, autoridades civiles, los obispos de Cuba y otros prelados de América Latina.

Según informó Radio Vaticana, el encuentro, duró alrededor de media hora. Fidel Castro dijo al Santo Padre que le había agradado mucho la beatificación de Madre Teresa de Calcuta, gran benefactora de Cuba, y la del Papa Juan Pablo II, “un hombre que al entrar en contacto especialmente con los niños y los humildes del pueblo suscitaba invariablemente sentimientos de afecto”. Por su parte, Benedicto XVI habló de su alegría por estar en Cuba y de la cordialidad con que había sido acogido.

Fidel Castro planteó al Papa algunas cuestiones sobre los cambios en la liturgia y el papel del pontífice. Benedicto XVI respondió hablando de los encuentros con los pueblos y del servicio a la Iglesia universal. Castro abordó también la difícil situación de la humanidad en nuestra época, y el Papa se refirió a la falta de reconocimiento de la presencia de Dios y a la importancia fundamental de la relación entre fe y razón.

Al final, Fidel Castro pidió al pontífice que le enviase algunos libros para profundizar mejor los temas afrontados en el encuentro, y Benedicto XVI respondió diciendo que pensará qué textos mandarle. Por último, el ex presidente presentó al Papa a su mujer y dos de sus hijos. El Santo Padre estuvo acompañado por el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone; y el Nuncio Apostólico en Cuba, Mons. Bruno Musaró.

lunes, 26 de marzo de 2012

El Papa Benedicto XVI llega a Cuba




Santiago de Cuba, 26 de marzo de 2012 (Heraldos Info).-  A continuación ofrecemos  el discurso completo del Papa al llegar a Cuba:

Discurso completo del Papa al llegar a Cuba

Señor Presidente, Señores Cardenales y Hermanos en el Episcopado, Excelentísimas Autoridades, Miembros del Cuerpo Diplomático, Señores y señoras, Queridos amigos cubanos:

Le agradezco, Señor Presidente, su acogida y sus corteses palabras de bienvenida, con las que ha querido transmitir también los sentimientos de respeto de parte del gobierno y el pueblo cubano hacia el Sucesor de Pedro. Saludo a las Autoridades que nos acompañan, así como a los miembros del Cuerpo Diplomático aquí presentes. Dirijo un caluroso saludo al Señor Arzobispo de Santiago de Cuba y Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, al Señor Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega y Alamino, y a los demás hermanos Obispos de Cuba, a los que manifiesto toda mi cercanía espiritual. Saludo en fin con todo el afecto de mi corazón a los fieles de la Iglesia católica en Cuba, a los queridos habitantes de esta hermosa isla y a todos los cubanos, allá donde se encuentren. Los tengo siempre muy presentes en mi corazón y en mi oración, y más aún en los días en que se acercaba el momento tan deseado de visitarles, y que gracias a la bondad divina he podido realizar.

Al hallarme entre ustedes, no puedo dejar de recordar la histórica visita a Cuba de mi Predecesor, el Beato Juan Pablo II, que ha dejado una huella imborrable en el alma de los cubanos. Para muchos, creyentes o no, su ejemplo y sus enseñanzas constituyen una guía luminosa que les orienta tanto en la vida personal como en la actuación pública al servicio del bien común de la Nación. En efecto, su paso por la isla fue como una suave brisa de aire fresco que dio nuevo vigor a la Iglesia en Cuba, despertando en muchos una renovada conciencia de la importancia de la fe, alentando a abrir los corazones a Cristo, al mismo tiempo que alumbró la esperanza e impulsó el deseo de trabajar audazmente por un futuro mejor. Uno de los frutos importantes de aquella visita fue la inauguración de una nueva etapa en las relaciones entre la Iglesia y el Estado cubano, con un espíritu de mayor colaboración y confianza, si bien todavía quedan muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad.

Me complace vivamente unirme a vuestra alegría con motivo de la celebración del cuatrocientos aniversario del hallazgo de la bendita imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Su entrañable figura ha estado desde el principio muy presente tanto en la vida personal de los cubanos como en los grandes acontecimientos del País, de modo muy particular durante su independencia, siendo venerada por todos como verdadera madre del pueblo cubano. La devoción a «la Virgen Mambisa» ha sostenido la fe y ha alentado la defensa y promoción de cuanto dignifica la condición humana y sus derechos fundamentales; y continúa haciéndolo aún hoy con más fuerza, dando así testimonio visible de la fecundidad de la predicación del evangelio en estas tierras, y de las profundas raíces cristianas que conforman la identidad más honda del alma cubana. Siguiendo la estela de tantos peregrinos a lo largo de estos siglos, también yo deseo ir a El Cobre a postrarme a los pies de la Madre de Dios, para agradecerle sus desvelos por todos sus hijos cubanos y pedirle su intercesión para que guíe los destinos de esta amada Nación por los caminos de la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación.

Vengo a Cuba como peregrino de la caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza, que nace de la presencia del amor de Dios en nuestras vidas. Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles, y de modo especial de los jóvenes y los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los enfermos y los trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados.

Muchas partes del mundo viven hoy un momento de especial dificultad económica, que no pocos concuerdan en situar en una profunda crisis de tipo espiritual y moral, que ha dejado al hombre vacío de valores y desprotegido frente a la ambición y el egoísmo de ciertos poderes que no tienen en cuenta el bien auténtico de las personas y las familias. No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan. En cambio, el progreso verdadero tiene necesidad de una ética que coloque en el centro a la persona humana y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas, de modo especial su dimensión espiritual y religiosa. Por eso, en el corazón y el pensamiento de muchos, se abre paso cada vez más la certeza de que la regeneración de las sociedades y del mundo requiere hombres rectos, de firmes convicciones morales y altos valores de fondo que no sean manipulables por estrechos intereses, y que respondan a la naturaleza inmutable y trascendente del ser humano.

Queridos amigos, estoy convencido de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana, y para ello se esfuerza por renovar y ensanchar sus horizontes, a lo que cooperará ese inmenso patrimonio de valores espirituales y morales que han ido conformando su identidad más genuina, y que se encuentran esculpidos en la obra y la vida de muchos insignes padres de la patria, como el Beato José Olallo y Valdés, el Siervo de Dios Félix Varela o el prócer José Martí. La Iglesia, por su parte, ha sabido contribuir diligentemente al cultivo de esos valores mediante su generosa y abnegada misión pastoral, y renueva sus propósitos de seguir trabajando sin descanso por servir mejor a todos los cubanos.

Ruego al Señor que bendiga copiosamente a esta tierra y a sus hijos, en particular a los que se sienten desfavorecidos, a los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu, al mismo tiempo que, por intercesión de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, conceda a todos un futuro lleno de esperanza, solidaridad y concordia. Muchas gracias.

sábado, 24 de marzo de 2012

El Papa Benedicto XVI en México: “Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad”


México - León, 24 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- S. S. Benedicto XVI llegó ayer a las 16.30 al aeropuerto internacional de Guanajuato, en León, donde fue recibido por el Presidente Federal de México, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y por el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago. También estaban presentes diversas autoridades civiles, el cuerpo diplomático, varios obispos mexicanos, miles de fieles, un coro y un grupo de mariachis que cantaron para el Papa.

Después de los saludos a la bandera y de la ejecución de los himnos nacionales del Estado de la Ciudad del Vaticano y de México, tras escuchar el discurso del presidente federal, el Santo Padre pronunció sus primeras palabras en tierra mexicana.

“Me siento muy feliz de estar aquí -dijo- y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra. Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el Sucesor de Pedro, que lo tiene siempre muy presente en su oración. Lo digo en este lugar, considerado el centro geográfico de su territorio, al cual ya quiso venir desde su primer viaje mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II. Al no poder hacerlo, dejó en aquella ocasión un mensaje de aliento y bendición cuando sobrevolaba su espacio aéreo. Hoy me siento dichoso de hacerme eco de sus palabras, en suelo firme y entre ustedes: Agradezco -decía en su mensaje- el afecto al Papa y la fidelidad al Señor de los fieles del Bajío y de Guanajuato. Que Dios les acompañe siempre.”

“Con esta breve visita -continuó el pontífice- deseo estrechar las manos de todos los mexicanos y abarcar a las naciones y pueblos latinoamericanos, bien representados aquí por tantos obispos, precisamente en este lugar en el que el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el cerro del Cubilete, da muestra de la raigambre de la fe católica entre los mexicanos, que se acogen a su constante bendición en todas sus vicisitudes”.

“México, y la mayoría de los pueblos latinoamericanos, han conmemorado el bicentenario de su independencia, o lo están haciendo en estos años. Muchas han sido las celebraciones religiosas para dar gracias a Dios por este momento tan importante y significativo. Y en ellas, como se hizo en la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, en Roma, en la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, se invocó con fervor a María Santísima, que hizo ver con dulzura cómo el Señor ama a todos y se entregó por ellos sin distinciones. Nuestra Madre del cielo ha seguido velando por la fe de sus hijos también en la formación de estas naciones, y lo sigue haciendo hoy ante los nuevos desafíos que se les presentan”.

“Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida. Así podrán compartirla con los demás, como misioneros entre sus hermanos, y ser fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar. Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad”.

“Como peregrino de la esperanza, les digo con san Pablo: 'No se entristezcan como los que no tienen esperanza'. La confianza en Dios ofrece la certeza de encontrarlo, de recibir su gracia, y en ello se basa la esperanza de quien cree. Y, sabiendo esto, se esfuerza en transformar también las estructuras y acontecimientos presentes poco gratos, que parecen inconmovibles e insuperables, ayudando a quien no encuentra en la vida sentido ni porvenir. Sí, la esperanza cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real (...) Además, cuando arraiga en un pueblo, cuando se comparte, se difunde como la luz que despeja las tinieblas que ofuscan y atenazan. Este país, este Continente, está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor”.

“Junto a la fe y la esperanza, el creyente en Cristo, y la Iglesia en su conjunto, vive y practica la caridad como elemento esencial de su misión. En su acepción primera, la caridad 'es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación' como es socorrer a los que padecen hambre, carecen de cobijo, están enfermos o necesitados en algún aspecto de su existencia. Nadie queda excluido por su origen o creencias de esta misión de la Iglesia, que no entra en competencia con otras iniciativas privadas o públicas, es más, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines. Tampoco pretende otra cosa que hacer de manera desinteresada y respetuosa el bien al menesteroso, a quien tantas veces lo que más le falta es precisamente una muestra de amor auténtico”.

“En estos días pediré encarecidamente al Señor y a la Virgen de Guadalupe por este pueblo, para que haga honor a la fe recibida y a sus mejores tradiciones; y rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia. Ya sé que estoy en un país orgulloso de su hospitalidad y deseoso de que nadie se sienta extraño en su tierra. Lo sé, lo sabía ya, pero ahora lo veo y lo siento muy dentro del corazón. Espero con toda mi alma que lo sientan también tantos mexicanos que viven fuera de su patria natal, pero que nunca la olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral”, concluyó el Santo Padre.

Finalizado el discurso, se trasladó en papamóvil al Colegio Santísima Virgen de Miraflores donde se hospedó.



viernes, 23 de marzo de 2012

Viaje del Papa Benedicto XVI a México y Cuba, entrevista en el avión

Vaticano, 23 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- S. S. Benedicto XVI inició su viaje apostólico a México y Cuba, que se prolongará desde hoy viernes hasta el próximo 28 de marzo.

A continuación les ofrecemos la entrevista que fue realizada al Santo Padre en el avión durante su viaje desde Roma hacia México; Al responder una pregunta sobre el problema del narcotráfico y de la violencia en México ha destacado que “Tenemos que hacer lo posible contra este mal, destructivo para la humanidad y para nuestra juventud”. Indicó también que “La Iglesia no es un poder político, no es un partido, pero es una realidad moral, un poder moral”. Además dijo que existe “una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública: individualmente, son creyentes católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio”

El Papa ha recordado que la visita de hace 14 años del beato Juan Pablo II a Cuba “abrió un camino de colaboración y dialogo que requiere paciencia y que sigue adelante”, también señaló que la ideología marxista «ya no corresponde con la realidad» y ha ofrecido la ayuda de la Iglesia, «con espíritu de diálogo», para conseguir una sociedad «más justa» en Cuba.

Ahora sí, aquí viene la entrevista:

Padre Lombardi: ¡Gracias, Santidad, por estar entre nosotros en el comienzo este viaje tan hermoso y tan importante! Como ve, nuestra asamblea viajera es numerosa: somos más de setenta periodistas que le seguimos con atención. El grupo más numeroso, aparte de los italianos, son naturalmente los mexicanos, que constituyen un buen grupo, al menos catorce, los representantes de las televisiones mexicanas que seguirán y cubrirán todo el viaje. Se encuentra también grupos de los Estados, de Francia y de otros países. Esto es, representamos a todo el mundo. Como es costumbre, hemos recogido en los días previos de los periodistas y hemos seleccionado cinco, que son expresión, en líneas generales, de las expectativas de todos. Como en esta ocasión tenemos más tiempo de vuelo, las preguntas no las haré yo, las harán ellos. Comenzamos ahora con una pregunta que le formula la señora Collins de la televisión Univisión, una de las televisiones que siguen este viaje. Es una señora mexicana que hará la pregunta en español y que yo repetiré después en italiano para todos.

Primera pregunta (Univisión): México y Cuba son tierras en los que los viajes de Juan Pablo II hicieron historia. ¿Con qué ánimo y esperanzas sigue las huellas de su predecesor? 

Santo Padre: Queridos amigos: ante todo bienvenidos y gracias por acompañarme en este viaje que esperamos sean bendecido por el Señor. En este viaje me siento totalmente en continuidad con Juan Pablo II. Recuerdo muy bien su primer viaje a México, verdaderamente histórico. En una situación jurídica todavía confusa, abrió la puerta, comenzó una nueva fase en la colaboración entre la Iglesia, la sociedad y el Estado. Asimismo recuerdo también su histórico viaje a Cuba. Mi deseo es proseguir su camino y sus huellas y proseguir cuanto él inició. 

Siendo cardenal estuve en México y tengo óptimos recuerdos de los mexicanos, así como cada miércoles (en las audiencias generales) veo la alegría de los mexicanos, percibo su cariño, escucho sus aplausos... Y para mí es una gran alegría realizar este viaje que deseaba desde hace tanto tiempo. Como enseña el Concilio Vaticano II, con la constitución pastoral Gaudium et spes, comparto las alegrías y esperanzas de este gran país, y también sus luchas y angustias también ante las dificultades que vive. Vengo para alentar y para aprender. Para confirmar en la fe, en la esperanza y en la caridad. Y para confortar en el compromiso en favor del bien y de la lucha contra el mal ¡Esperamos que el Señor nos ayude!

Segunda pregunta (Tele Azteca): Santidad, México es un país con recursos y posibilidades maravillosas. Sin embargo, en estos años sabemos que es también tierra de violencia por el problema del narcotráfico.  ¿Cómo afronta la Iglesia católica esta situación: Tendrá usted palabras para los responsables, para los traficantes que a veces se profesan católicos o incluso benefactores de la Iglesia?

Santo Padre: Conocemos bien toda la belleza de México, pero también este grave problema del narcotráfico y de la violencia. Ciertamente es una gran responsabilidad de la Iglesia católica en un país con el 80 % de católicos. Tenemos que hacer lo posible contra este mal, destructivo para la humanidad y para nuestra juventud.

Diré en primer lugar que, ante todo, hay que anunciar a Dios: Dios que es juez y nos ama para atraernos al bien y a la verdad contra el mal. Por lo tanto, es una gran responsabilidad de la Iglesia la de educar las conciencias y de educar a la responsabilidad moral y desenmascarar el mal, desenmascarar esta idolatría del dinero que esclaviza a los hombres solo por una cosa; desenmascarar también estas falsas promesas, la mentira, el engaño que están dentro de la droga. Debemos ver que el hombre tiene necesidad del infinito. Pero si Dios no está, el infinito se crea en los propios paraísos, una apariencia de infinito que es solo una gran mentira Es importante, pues, hacer presente a Dios, hacerlo accesible. Es una responsabilidad ante el Dios juez que nos guía, que nos señala la verdad, y en este sentido la Iglesia debe desenmascarar el mal: hacer presente la bondad de Dios, hace presente su verdad, el verdadero infinito del cual tenemos sed. Este es el gran deber de la Iglesia. Hagámoslo todos juntos posible y siempre más.

Tercera pregunta (Televisa): ¡Santidad, le damos verdaderamente la bienvenida a México! Estamos todos muy contentos de su visita. Usted ha dicho que quiere dirigir su mensaje a toda América Latina en el bicentenario de la independencia. América Latina, a pesar del desarrollo, sigue siendo una región de conflictos sociales, y de fuertes contrastes entre ricos y pobres. A veces parece que la Iglesia católica no está suficientemente alentada en comprometerse en este campo. ¿Se puede seguir hablando de "teología de la liberación" de una manera positiva, después que ciertos excesos -sobre el marxismo y la violencia- han sido corregidos?

Santo Padre: Por supuesto que la Iglesia siempre debe preguntarse si hace lo suficiente por la justicia social en este gran continente. Este es un asunto de conciencia, que constantemente hay que preguntarse. ¿Qué debe hacer la Iglesia, que es lo que no puede y no debe hacer? La Iglesia no es un poder político, no es un partido, pero es una realidad moral, un poder moral. En cuanto que la política debe ser fundamentalmente una realidad moral, la Iglesia tiene relación con la política. Repito cuanto he dicho ya: el primer pensamiento de la Iglesia es educar las conciencias y así crear la responsabilidad necesaria; educar las conciencias tanto en la ética individual como en la ética pública. Y aquí hay quizás un déficit. Tal vez, en América Latina, pero también en otros lugares, hay en muchos católicos, una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública: individualmente, son creyentes católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio que son necesarios para el establecimiento de una sociedad justa. Es bueno educar para superar esta esquizofrenia, educar no sólo a una moral individual, sino a una moral pública. Y tratar de hacer esto con la doctrina social de la Iglesia, porque, naturalmente esta moral pública debe ser una moral razonable y compartida, compartida también por los no creyentes, una moral de la razón. Por supuesto, a la luz de la fe podemos ver mejor tantas cosas que también la razón puede ver. Y precisamente la fe sirve también para eliminar los falsos intereses y los intereses que oscurecen la razón y así crear en la doctrina social los modelos sustanciales para una colaboración política sobre todo, para la superación de esta división social, antisocial, que por desgracia existe. Queremos trabajar en este sentido.

No sé si la palabra “teología de la liberación”, que se puede también interpretar muy bien, nos ayudaría mucho. Lo importante es la común racionalidad a la cual la Iglesia ofrece una contribución fundamental y debe siempre ayudar en la educación de las conciencias, tanto para la vida pública como para la vida privada.

Cuarta pregunta (Paloma Gómez Borrero, Cadena Cope de España): Santidad, miremos a Cuba. Todos recodamos las  famosas palabras de Juan Pablo II: "Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba". Han pasado 14 años, pero parece que estas palabras continúen siendo actuales. Como usted sabe, Santidad,  en las vísperas de su viaje, muchas voces de la oposición y defensores de los derechos humanos se han hecho sentir. Su Santidad, ¿usted piensa llevar de nuevo el mensaje de Juan Pablo II, pensando en la situación interna en Cuba, y en el plano internacional?

Santo Padre: Como ya he dicho me siento en completa continuidad con las palabras del Santo Padre Juan Pablo II, que siguen actualísimas hoy en día. Aquella visita del Papa abrió un camino de cooperación y diálogo; un camino que es largo y requiere paciencia, pero que va hacia delante. Hoy está claro que la ideología marxista, tal como fue concebida, ya no responde a la realidad. Porque no tiene respuestas para la construcción de una nueva sociedad. Deben ser encontrados nuevos modelos, con paciencia. Este proceso requiere paciencia, pero también decisión. Queremos ayudar en un espíritu de diálogo, para ayudar a construir una sociedad más justa. Como lo deseamos para todo el mundo y queremos cooperar en este sentido. Es obvio que la Iglesia está siempre del lado de la libertad: la libertad de conciencia, la libertad de religión. Y al respecto contribuyamos, contribuyan también los fieles de modo sencillo en este camino de ir adelante.

Quinta pregunta (France Press): Santidad, tras la Conferencia de Aparecida se habla de “misión continental” de la Iglesia en América Latina. Dentro de pocos meses tendrá lugar el Sínodo sobre la nueva evangelización. También América Latina con los desafíos de la secularización, de las sectas. En Cuba se viven las consecuencias de una larga propaganda atea y la religiosidad afrocubana está muy difundida. ¿Piensa que este viaje podrá servir de estímulo en orden a la nueva evangelización y cuáles son los puntos que están más en su corazón al respecto?

Santo Padre: El tiempo de la nueva evangelización se inició con el Concilio Vaticano II. Está era fundamentalmente la intención del Papa Juan XXIII, que subrayó después el Papa Juan Pablo II, y ahora, en un mundo que experimenta grandes cambios, se vuelve cada vez más evidente. Necesidad en el sentido de que el Evangelio debe ser expresado en formas nuevas; y necesidad también  en el otro sentido: el mundo tiene necesidad de una palabra en medio de la confusión, en medio de las dificultades para orientarse hoy. Esto es una situación, una realidad común en el mundo. Esto es la secularización, la ausencia de Dios, la dificultad de encontrar el acceso para verlo como una realidad que concierne a mi vida. Por otro lado, hay contextos específicos. Usted ha aludido al de Cuba con el sincretismo afrocubano, con tantas otras dificultades. Pero cada país tiene su propia situación específica. Y de una parte, debemos partir del problema común: como hoy, en este contexto de nuestra moderna racionalidad, podemos de nuevo descubrir a Dios como la orientación fundamental de nuestra vida, la esperanza fundamental de nuestra vida, el fundamento de los valores que fundamentalmente construyen una sociedad, y cómo podemos tener en cuenta las especificidades de las situaciones diversas. 

Lo primero me parece muy importante: anunciar un Dios que corresponde a nuestra razón, porque vemos la racionalidad del cosmos, vemos que hay algo detrás, pero no vemos que este Dios sea próximo, que me concierne y esta síntesis del Dios grande y majestuoso y del Dios pequeño que me es próximo, me orienta, me muestra los valores de mi vida y  es el núcleo de la evangelización. Este es, un cristianismo en esencia donde se encuentra realmente el núcleo para vivir hoy con todos los problemas de nuestro tiempo. 

Y por otra parte, tenerlo en cuenta en la realidad concreta.  En América Latina, generalmente, se debe considerar que el cristianismo no ha sido tanto algo ligado a la razón como al corazón. La Virgen de Guadalupe es reconocida y amada por todos porque entiende que es una Madre para todos y que está presente desde el comienzo de esta nueva América Latina, tras la llegada de los europeos. Y también en Cuba tenemos a la Virgen del Cobre, que toca los corazones y todos saben intuitivamente que es verdad, que esta Madre nos ayuda, que existe, que nos ama y nos ayuda. Pero esta intuición de corazón debe unirse con la racionalidad de la fe y con la profundad de la fe que va más allá de la razón. Debemos buscar no perder el corazón, sino unir corazón y razón para que cooperen, porque solo así el hombre es completo y puede realmente a ayudar y a trabajar por un futuro mejor.

martes, 20 de marzo de 2012

Ordenación de 14 nuevos sacerdotes de los Heraldos del Evangelio

Sao Paulo, 20 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- Ayer 19 de marzo, solemnidad del Patriarca San José, se dio la ordenación de 14 nuevos sacerdotes de la Sociedad Clerical de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Virgo Flos Carmeli, de la familia de los Heraldos del Evangelio. La solemne ceremonia fue en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de la misma congregación, ubicada en la Sierra de la Cantareira en Sao Paulo – Brasil.

Para dar inicio a la ceremonia se leyó una carta que provenía de la Santa Sede; el Santo Padre Benedicto XVI por intermedio del Secretario para asuntos Generales de la Secretaría de Estado vaticana -Mons. Giovanni Angelo Becciu-, envió un saludo a todos los presentes, particularmente al obispo ordenante Mons. Benedito Beni dos Santos y a los ordenandos, congratulándose por los nuevos ministros de Dios, y señalando con su autoridad Apostólica la vía que deben recorrer en su camino sacerdotal.

Durante la ceremonia, Mons. João Scognamiglio Clá Dias, fundador de los Heraldos del Evangelio, dio fe solemne al obispo ordenante y a toda la comunidad, de la dignidad y probidad de cada uno de los candidatos para el otorgamiento del segundo grado del Sacramento del Orden y acto seguido, los elegidos formularon de público sus propósitos de ser fieles en el cumplimiento del ministerio sacerdotal, en la colaboración con los obispos, en el ministerio de la Palabra y la proclamación del Evangelio, en la enseñanza de la fe católica, en la celebración fiel de los misterios de Cristo y la búsqueda de la santificación del pueblo de Dios, y en la obediencia al obispo diocesano y a su legítimo superior.

Mons. Benedito Beni dos Santos, obispo de Lorena y Supervisor General de Formación de los Heraldos del Evangelio, en la homilía resaltó las glorias de San José y los deberes del sacerdote y su obligación de caminar hacia la santidad: "Estamos celebrando los dos títulos que la liturgia confiere a San José: esposo de la Virgen María y Patrono de la Iglesia Universal. El primer título recuerda que San José (...) estuvo unido de modo único y original a Jesucristo y su obra (...). El segundo rememora que San José fue el jefe de la primera comunidad cristiana. La Iglesia (...) es la comunidad reunida en torno de Cristo. Ahora, la primera comunidad que estuvo reunida en torno de Cristo fue la familia de Nazareth, de la cual San José era el jefe".

A los nuevos presbíteros, el prelado ordenante invocó el cumplimiento eximio y santo del ministerio sacerdotal, particularmente en la eucaristía y la confesión, la santidad de vida que les es más exigida por su elevada nueva condición, y la necesidad de ser verdaderos padres, pues el pueblo de Dios necesita la paternalidad, a ejemplo de los patriarcas y a ejemplo de Dios Padre, que es Padre y Pastor.
Los nuevos presbíteros son provenientes de 4 países: españoles son 2, argentino 1, Colombiano 1 y de Brasil, el país anfitrión, son 10.

A continuación la lista de los nuevos sacerdotes:

P. Arnaldo Shigueru Izumino, EP
P. Carlos Roberto Tonelli Domingues, EP
P. Célio Luis Casale, EP
P. Claudio Daniel Bareiro, EP
P. Eduardo Frizzarini, EP
P. Flávio Sguerra, EP
P.Francisco Javier Pérez Beltrán, EP
P. Francisco Teixeira de Araújo, EP
P. Juan José Navarro Barba, EP
P. Orlando Tsuyoshi Kimura, EP
P. Roberto José Merizalde Escallón, EP
P. Roberto Massamiti Hayashi, EP
P. Roberto Ryo Sato, EP
P. Wagner Morato Menezes, EP


sábado, 17 de marzo de 2012

Nombramiento de Administrador para diócesis de Santo Domingo

Mons. Julio Terán Dutari, SJ 
Quito, 17 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- La Conferencia Episcopal Ecuatoriana hizo público el nombramiento de la nueva autoridad eclesiástica para la Diócesis de Santo Domingo: “El Santo Padre Benedicto XVI, ante el sensible fallecimiento de Su Excelencia  Mons. Wilson Abraham Moncayo Jalil ha nombrado Administrador Apostólico sede vacante  de la Diócesis de Santo Domingo en Ecuador a Su Excelencia Mons. Julio Terán Dutari, SJ, Obispo Emérito de Ibarra”

Mons. Julio Terán Dutari nació el 15 de agosto de 1933, en la república de Panamá. Por ser ecuatoriano su padre, se le reconoció después la nacionalidad de ecuatoriano por nacimiento. En 1945 la familia regresó al Ecuador en donde se estableció definitivamente. Fue alumno de los Colegios San Gabriel y Loyola, regentados por los Padres Jesuitas.

En 1950 ingresó a la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1963. Luego de haber obtenido la licenciatura en Humanismo y el doctorado en Filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, obtuvo además el doctorado en Filosofía en la Universidad de Münich, Alemania.

Desde 1970, profesor de filosofía y teología en la Universidad Católica de Quito y de 1973 a 1978, desempeñó el cargo de Decano de la Facultad de Ciencias filosófico-teológicas de la misma Universidad Católica. En 1985 fue elegido Rector de la misma Universidad, cargo que desempeñó durante diez años.

Fue también presidente de la Federación Internacional de las Universidades Católicas (FIUC) y miembro de Comisiones que prepararon la legislación de Universidades Eclesiásticas y Católicas.

Fue nombrado Obispo Auxiliar de Quito, por Su Santidad Juan Pablo II, recibió la ordenación episcopal el 30 de septiembre de 1995.

En 1997 fue nombrado además Consultor de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia del correspondiente Dicasterio Romano.

El 14 de febrero de 2004, El Santo padre Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Ibarra.

Como Obispo ha desempeñado las siguientes responsabilidades Episcopales: Presidente de los Departamentos de Educación y Cultura; Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, Formación Social de la Conferencia Episcopal. Fue también miembro del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, además responsable de la Pastoral de Educación en el Consejo Episcopal Latinoamericano.

A más de las lenguas clásicas habla alemán, inglés, francés, italiano y portugués.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Nombramiento de obispo auxiliar de Portoviejo

Mons. Eduardo José Castillo Pino 
Vaticano, Guayaquil 14 de marzo de 2012 (Heraldos Info).- El Santo Padre Benedicto XVI ha nombrado al Rvdo. Padre Eduardo José Castillo Pino como obispo auxiliar de Portoviejo, hasta ahora párroco y vicario episcopal de la Vicaría de “Santa Elena” de Guayaquil.

El obispo electo nació en Guayaquil (Ecuador) el 21 de marzo de 1970. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Javier de los padres jesuitas. Continuó sus estudios de filosofía y de teología en el Seminario Mayor Francisco Xavier de Garaycoa de la Arquidiócesis de Guayaquil.

Recibió la ordenación sacerdotal el 20 de noviembre de 1994 y está incardinado en la Arquidiócesis de Guayaquil.

En 1998 obtuvo la licenciatura y, en 2000, el doctorado en teología dogmática en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma.

Del 2000 al 2008, fue profesor y director de estudios del Seminario Mayor de Guayaquil y profesor de la “Escuela de Teología para laicos” de la misma arquidiócesis.

Desde octubre de 2008, ha sido párroco y vicario episcopal de la Vicaría de “Santa Elena” de Guayaquil. Es autor de numerosas publicaciones de carácter histórico, teológico y espiritual.